Asociación para el estudio de temas grupales, psicosociales e institucionales

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C. Martín Madrazo: Experiencias de trabajo grupal en la práctica profesional


Carmen Martín Madrazo

Experiencias de trabajo grupal en la práctica profesional

 

En este nuevo siglo que acabamos de iniciar el mundo de la salud está sufriendo importantes cambios y transformaciones: cambios sociodemográficos en la población, desplazamientos de la misma, envejecimiento, desarrollo de nuevas tecnologías, aumento de enfermedades crónicas, crecimiento del nivel económico... etc., esta situación está generando nuevos requerimientos personales y sociales, nuevas necesidades que en muchas ocasiones no pueden ser autosatisfechas y por lo tanto necesitan  cuidados profesionales.

Los profesionales que trabajamos en salud  deberíamos adaptarnos a estas necesidades, o, mejor dicho, actualizar, innovar y consolidar aspectos de nuestro ejercicio profesional. Los cambios parecen ineludibles, si queremos estar donde están las necesidades  tendremos que salir de lo cómodo, la rutina, lo estándar y hacer un esfuerzo para adaptarnos a los  nuevos problemas  surgidos en nuestra sociedad.

El reciente documento "Salud 21. Salud para todos en el siglo XXI" aprobado por la O.M.S. renueva el compromiso de realizar políticas de salud para dar respuestas adecuadas a las demandas que están surgiendo.

Se trata de un documento de principios éticos de equidad, solidaridad y justicia social, que incorpora estrategias y políticas orientadas a la salud como derecho fundamental y a la participación y responsabilidad de las personas, grupos, comunidades  e instituciones en el desarrollo de la salud.

Una de las estrategias planteadas es que la Atención Primaria se debe dirigir a la  familia y  la comunidad, mediante un proceso de desarrollo sanitario participativo, llegando a todos los niveles: hogar, centros educativos y de trabajo, y que promueva la toma de decisiones y la responsabilidad conjunta.

Si queremos crear entornos de apoyo que permitan a las personas llevar vidas sanas no tendremos más remedio que capacitarlas en el autocuidado, para que puedan tomar decisiones y asumir el control de su propia vida.

Para ello tenemos un instrumento potente a nuestro alcance, la educación para la salud, recurso como la educación mediante prácticas grupales nos permitirá  dar respuestas eficientes y reales a los problemas donde las soluciones están en poder de los ciudadanos.

 

Mi  experiencia con el trabajo grupal
 
Cada uno hace un viaje en la vida.
Viajar tiene algo de nacimiento, es algo consustancial a la naturaleza del hombre.
Creo que viajar es como realizar grupos.
Igual que viajar, trabajar con grupos supone una aventura, hay riesgo, emoción, adicción.
Como en todo buen viaje lo grupal produce ansiedad, miedos, decepción, ganas, confusión, frustración, ilusión...
Viajar y hacer grupos es una forma de crecer porque retienes cuanto ves y cuanto oyes, en la memoria y en la retina, más tarde tendrás que interpretarlo.

Bien comencemos el viaje...

 

Se han cumplido 7 años desde que me inicié en esta actividad. Y como casi todo lo que se inicia los comienzos  fueron difíciles, cargados de dificultades, como una carrera de obstáculos, quisiera destacar de estos momentos:

- Que fue importante no estar sola, tener un buen acompañamiento, y un buen  tutor, también  buenas dosis de ilusión para no desfallecer.

- La nueva actividad suponía mucho esfuerzo y tiempo a dedicar, requería planearse nuevos objetivos, redefinir los que había, planificar y organizar el quehacer diario.

- Vencer las resistencias de los  compañeros ( médicos y enfermeras). En estos momentos apareció  la confrontación con otros miembros del equipo sobre todo con una parte de enfermería que no lo veía claro y lo que sentía era una sobrecarga de trabajo.

- Aparecieron los conflictos en el  equipo, no se entendía qué hacíamos, para qué servían, qué eficacia y eficiencia producían los grupos .

-  Me supuso un importante esfuerzo intelectual, había que conocer la vida  grupal, sus enclaves teóricos, sus aplicaciones prácticas, sus procesos, sus técnicas ...   cuanto más lo conocía más  inseguridades me iban surgiendo.

Poco a poco comenzó el cambio y la tranquilidad, hubo que aprender a resolver los conflictos, y las discrepancias con los compañeros a través de un permanente dialogo, pues el empeño estaba claro: estabamos convencidas del enorme potencial de aprendizaje que tenían los grupos.

 

Han pasado ya 7 años, y nuestra labor ha seguido desarrollándose, está viva, en movimiento, todas las enfermeras, la trabajadora social y casi todos los médicos  hemos incorporado en nuestro trabajo lo grupal como un recurso más a utilizar  en la práctica cotidiana.

Al comenzar el año se prepara un calendario con fechas, horarios, profesionales que realizaran grupos en los meses siguientes. Podemos decir que la actividad está consolidada, ahora todo ya exige menos esfuerzo, menos tiempo y más satisfacción.

Ahora ya no tiene sentido la pregunta si conviene o no utilizar grupos en nuestro trabajo, la pregunta ahora es esta: si comprendemos mejor lo que pasa en los grupos, ¿estos nos puede ayudar a hacer mejor nuestro trabajo diario?

 

Claves para el desarrollo de los grupos

1. Para trabajar con grupos es necesario cambiar ciertas actitudes
Cuando comencé a trabajar con grupos poco a poco me fui dando cuenta de la verdadera dimensión del tema, no solo era prepararme las sesiones grupales, era esencialmente la necesidad de replantearme ideas, rutinas y actitudes .
Los proyectos grupales no sólo eran la alternativa a la  rutinaria consulta sino que se convirtieron en plataforma de discusión de asuntos controvertidos porque afectaban a nuestra coherencia como trabajadores de la salud.


2. Para trabajar con grupos se requiere trabajar en equipo
Hay equipos donde trabajar con grupos se siente como una obligación impuesta, los grupos se convierten en un fin en sí mismo y no en un medio, es un objetivo a cumplir como sea, ante esto muchos profesionales optan por trabajar solos, de cualquier manera para cumplir con  el expediente.
Es necesario además de las personas que se hacen cargo del grupo que también colaboren los demás profesionales, médicos, los administrativos, trabajador social..., cada uno colaborará en distintos momentos (en la captación en consulta, información en admisión, etc.). Todos somos necesarios.

3. La actividad grupal no se puede improvisar
Debe ser un trabajo sistemático, programado, evaluado.
Es un trabajo intencional y no improvisado.
Cuando se realiza con falta de planificación y de método pierde credibilidad y validez.

4. El acompañamiento
Era una tarea que no relacionaba con mi trabajo asistencial, y que he descubierto cuando comencé a trabajar en lo grupal. Acompañar es algo más que estar junto a otra persona, acompañamiento “evoca la participación en los sentimientos o conductas del otro para entender las cosas que suceden alrededor  de ambos”(1).
Las decisiones que surgen del proceso son del grupo y no nuestras, nuestro papel es ayudar y acompañar.

5. El grupo además de recibir información tomará  contacto con lo que sabe de su problema o situación de salud, contactará con sus sentimientos, sus percepciones, y reflexionará sobre todo esto ( como afecta la imagen a un obeso, como vive su enfermedad el diabético, qué alternativas ve a su problema el cuidador, qué significa para ella la menopausia...
Aprendizaje y cambio, son claves en el trabajo grupal

6. Los profesionales tenemos falta de costumbre de escuchar lo que los ciudadanos piensan y sienten sobre su salud, para entender lo que pasa en un grupo hay que aprender a escuchar, a observar, a ser tolerante, a mejorar las capacidades de comunicación, todo ello nos llevará a un nuevo saber con los otros, es un proceso de formación permanente, nunca se acaba.

7. Para saber de grupos hay que formarse en grupos.
 Hay una carencia de formación importante a nivel metodológico. La formación en temas grupales es compleja pero necesaria, pues estar formado es estar protegido, es un factor de seguridad. La búsqueda de seguridad ante los grupos parece marcar la necesidad de formación para poder “enfrentarse al grupo”, la garantía de que todo irá bien, es una forma de autocuidarnos como profesionales.


8. Conocer otros recursos, técnicas, métodos educativos que también faciliten el aprendizaje y mejoren las  habilidades sociales y personales.
Combinar métodos, adaptarlos a nuestras situaciones, experimentar lo que funciona y lo que no. Ver lo que es útil.


El trabajo con los  pacientes
 
El esquema de trabajo que utilizamos es el grupo operativo, este es un grupo pequeño centrado en una tarea. El abordaje de esta tarea es lo que permite el esclarecimiento, la comunicación y el aprendizaje. Es en este proceso donde se producen y resuelven los conflictos y se realiza y elabora un pensamiento de cambio.
Hemos incorporado técnicas educativas en algunos grupos, para facilitar la movilización  de  la elaboración grupal.

Mi primer contacto con los grupos fue con las personas diabéticas, el impacto para mí después del grupo fue importante, fue conocer que en la diabetes no todo se ve, ni se siente, hay mucho de invisible, trabajar con pacientes diabéticos es conocer lo imaginario, cómo son sus fantasías, sus miedos, sus ilusiones “algún día saldrá algo para que esta maldita enfermedad desaparezca” decía un paciente, fue conocer como se autocastigan, se marginan, me di cuenta que esta enfermedad  era nueva para mí.

El objetivo del curso era que obtuvieran más conocimientos, habilidades... pero el grupo exploró otros aspectos que no habíamos contemplado: sexualidad, afectividad, autoimagen, pareja, preocupación por las complicaciones.... me di cuenta de que no es nada sencillo conocer un poco lo que sucede y sobre todo lo que nos sucede. Para llegar al otro y a nosotros mismos tenemos que localizar y desmontar esquemas que no nos dejan ver claro.

El trabajo con personas cuidadoras fue un proyecto interesante, y muy laborioso, la realización del mismo  duro, complejo y difícil.
Complejo y difícil porque:
Los participantes no se presentan como “pacientes oficiales” aunque acumulen gran experiencia de malestar y sufrimiento.
Porque la tarea del cuidador es física y emocionalmente muy dura.
Porque muchas veces es el acompañamiento del familiar hacia la muerte.

Ayudar a estas personas parece que es una labor necesaria, el grupo con su potencialidad terapéutica les ayuda a desdramatizar la propia problemática, a expresar sus sentimientos y malestares, a sentirse escuchados y apoyados por otros, a aprender sobre uno mismo y a extraer un provecho terapéutico de la experiencia.

Trabajar con grupos de obesos me ha permitido comprender mejor por qué se autocastigan comiendo, por qué sienten rabia contra la vida y comen, por qué la ansiedad les hace engordar; también he comprobado cómo los pacientes empiezan a “buscar”, “estamos buscando respuestas”, comentan, “si un día no lo entiendes es porque no tocaba, ya será otro día cuando la encuentres”.

En grupo los pacientes aprender a “buscar” en ellos sus conflictos, lo que significa la comida, la diabetes, la obligación de cuidar.... “vamos caminando juntos”, con el grupo se sienten acompañados en su problema que muchas veces les deja de lado, les margina, con el grupo comienza  un proceso que ya no para.
Todos se dan cuentan que saben ya cosas, en el grupo lo recuerdan; otras  veces  tienen que elaborar conceptos que se resisten, cómo aceptar una enfermedad,  dicen sabiamente, “no se puede aceptar lo que se niega”.

En el grupo aprenden a tratarse con cariño, a dedicarse más tiempo, a quererse un poco más.


Momentos  difíciles de los grupos

- Un momento significativo e importante es  comenzar a pensar a poner en marcha el grupo, los preparativos,  la captación, organizarlo.. en estos primeros momentos ya comienza en el interior de cada uno, los deseos, las incertidumbres,  la ansiedad...

- Cuando el grupo nace todo en él refleja ansiedad y tensión. Nada hay claro, solo muchas preguntas, un personaje se ve nítido: el coordinador, pues él debe conocer los objetivos, las normas, él puede aclarar la situación, hacia él se dirige parte de la atención.
En el primer día la capacidad del coordinador puede establecer la permanencia o no de los participantes.

- Los silencios, esos silencios no de los que no tiene nada que decir, sino los silencios misteriosos, al principio me aterraban. Ahora he comprendido que los silencios pueden suponer abandonos, pero también llevan un mensaje implícito: el  grupo puede salir sólo de cualquier situación difícil.

- Ponerse de parte de los sujetos más dependientes, de los que reclaman más atención, puede venir bien al ego, es sentirse admirada, e incluso idealizada, pero luego es difícil deshacerse de ello, sabiendo además que no les estamos dejando que tomen sus decisiones, que no les estamos dando la posibilidad de ser responsables de sus problemas.

- Los momentos incómodos, cuando hay enfrentamientos o conflictos verbales entre unos miembros y otros. El conflicto en los grupos es imprescindible, siempre que las tensiones fluyan de manera  organizada, lejos de huir de ellos, conviene afrontarlas y aprovecharlas.
Estos momentos al coordinador le producen reacciones complicadas (ira, ansiedad,...) la situación grupal impregna todo.

- El observador tiene que estar en silencio obligado, a veces parece un elemento extraño sentado sin decir nada, siendo un espectador “activo” y siendo observado  por todos .
Bauleo dice “nosotros observamos mientras somos observados, por eso nuestra observación debe incluir otra observación”.
Tampoco es fácil esta tarea.

- Cuando el clima en el grupo se hace más afectivo y cualquier intervención que realicemos puede provenir más de una necesidad personal  de contacto que de un deseo de ayudar a otras personas.
El desarrollo de tareas grupales supone inevitablemente la implicación de la propia persona, a veces no podemos dejar de confrontar nuestra propia persona con la experiencia de los demás.

No hay  gran viaje que no suponga una transformación (Javier  Reverte)

- Momentos finales del grupo.
Siempre me sorprende cómo el grupo tiene una extraña capacidad para conocer que se acerca el momento de la separación.
Lo hacen subrayando públicamente lo que han hecho juntos, lo que han aprendido, el clima no siempre es de duelo, a veces es de euforia por lo que han conseguido, reconocen que ya tienen un instrumento importante para poder cambiar.
El fin no perdona, el viaje termina, al final de todo viaje aparece la tristeza, la ansiedad, nos solicitan que les digamos algo, alguna palabra mágica, diagnóstica o conclusiva de ellos.


Perspectivas: el futuro

El planteamiento del futuro ha de ser menos cómodo que el actual, de mayor compromiso.

El viaje es necesario

Comenzar a cambiar nosotros, en vez de exigir que cambie todo lo demás, debemos dirigir nuestros esfuerzos allí donde la sociedad  se esté moviendo, ya no es válido argumentar que no nos dejan, no tenemos espacio, ni tiempo, ni sabemos. Adoptar posturas defensivas, de resistencia sólo conducen a languidecernos profesionalmente.

Seguir inventando y adaptando experiencias a nuestra población, a nuestro trabajo, los grupos no son un valor añadido, como se dice, es un valor necesario y deseado.

Importante la orientación que se dé en las Escuelas de Enfermería, la formación pregrado determinará en gran media las futuras actitudes profesionales. Las Escuelas son un buen espacio para enseñar a pensar a los alumnos a indagar, reflexionar y analizar nuevas propuestas

El apoyo institucional puede resolver en parte las dificultades existentes, mediante estrategias docentes e implicación de los responsables  de las gerencias,  si esto sucede supondría un estimulo para la introducción de la EpS grupal  en la actividad cotidiana de los centros.
 El reconocimiento de  las actividades grupales, no de manera formal  mediante “la cartera de servicios”, sino valorándolo y aceptándolo como una herramienta de trabajo más, normalizado y homologado a otra actividad terapéutica.


No nos debe asustar la tarea, pues la satisfacción viene con ella misma .


Permitirme que termine con unas estrofas de Cavafis sobre un  viaje:


"Si vas a emprender el viaje hacia Itaca,
pide que tu camino sea largo, rico en experiencias y conocimiento
que sean numerosas las mañanas de verano en que con placer,
felizmente arribes a bahías nunca vistas...
ten siempre a Itaca en tu memoria,
llegar allí es tu meta,
más no apresures el viaje,
mejor que se extienda largos años, y en tu vejez,
arribe a la vista con cuanto hayas ganado en el camino".

   Cavafis. 1911


Carmen Martín es enfermera. Imsalud. Madrid.

Este artículo fue presentado como ponencia en la Mesa "Trabajo Grupal y enfermería", en el Congreso "Diez años de la Escuela Universitaria de enfermería de la C.A.M." celebrado en Leganés, en mayo de 2000.


Notas

1. "Acompañamiento a personas con demencia en una vivienda compartida de Mayores". Esteban Merchán. Revista Área 3, Nº 7, 1999.


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